
Cada 8 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Fibrosis Quística, con el objetivo de poner sobre la palestra toda la información relacionada con este padecimiento y cómo entre todos podemos mejorar las condiciones de vida de aquellos que lo sufren.
La fibrosis quística (FQ) es una enfermedad crónica y hereditaria, que produce generalmente la degeneración del sistema digestivo y del sistema respiratorio. En realidad, esta alteración genética, solo afecta las zonas del cuerpo que producen secreciones tales como los pulmones, el páncreas, hígado y el sistema reproductivo. La fibrosis quística provoca una obstrucción en los canales que transportan dichas secreciones que terminan convirtiéndose en infecciones graves.
La incidencia de la fibrosis quística varía según la población, pero se estima que afecta a entre 1 de cada 2,500 y 1 de cada 6,000 nacidos vivos, siendo más común en personas de origen caucásico. En España, la incidencia estimada es de alrededor de 1 de cada 3,500-4,500 nacidos vivos, con aproximadamente 1 de cada 35 personas siendo portadoras del gen que causa la enfermedad.
No existe cura para la fibrosis quística, pero el tratamiento puede aliviar los síntomas, reducir las complicaciones y mejorar la calidad de vida. Se recomienda vigilarla con atención e intervenir de forma temprana y agresiva para ralentizar el empeoramiento de la fibrosis quística con el tiempo.
Gracias a la investigación clínica recientemente se han aprobado medicamentos que se dirigen a los genes, los moduladores del regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística que muchos expertos consideran un gran avance en el tratamiento de la fibrosis quística.
No obstante, es necesario seguir investigando para encontrar una cura definitiva. En los últimos años se han puesto en marcha en España mas de 50 ensayos clínicos relacionados con la fibrosis quística.
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