
El 8 de mayo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Ovario, con la finalidad de generar conciencia en la población acerca de esta patología, catalogada como el séptimo tipo de cáncer más frecuente, que afecta anualmente a más de 250.000 mujeres en el mundo y fallecen 140.000 por esta causa. Con esta efeméride se pretende fomentar una cultura de sensibilización y prevención, para detectar a tiempo esta enfermedad.
El cáncer de ovario es un tumor maligno localizado en el ovario, ocasionado por un crecimiento anormal de células. Generalmente esta patología no suele presentar síntomas en sus primeras etapas. Los síntomas iniciales de la enfermedad tienden a confundirse con los de una colitis o molestia abdominal, por ello el 70% de los casos se diagnostican tardíamente, detectándose cuando se extiende a la pelvis y el abdomen, y ha afectado a otros órganos, como el útero o la vejiga.
Es más frecuente en mujeres postmenopáusicas, con edades comprendidas entre los 50 y 70 años. Teniendo una tasa de mortalidad superior al cáncer de mama o el cáncer cervicouterino. En España representa entre el 4 y el 5% de los tumores femeninos y se diagnostican más de 3.700 casos al año, con una supervivencia neta del 40,9%.
El tratamiento estándar del cáncer de ovario avanzado consiste en la realización de una cirugía para lograr la resección de todo el tumor visible. Además, en función de una serie de criterios clínicos, se administra un tratamiento de quimioterapia previo y/o posterior a la cirugía.
Recientemente, gracias a la investigación clínica, se han conseguido grandes avances con tratamientos experimentales con inmunoterapia y anticuerpos conjugados. En España, en los últimos 10 años se han realizado más de 100 ensayos clínicos relacionados con el cáncer de ovario.